martes, 8 de marzo de 2011

TTMH5/SURNAME VIET GIVEN NAME NAM.

1989. SURNAME VIET, GIVEN NAME NAM. TRINH.T.MINH-HA.





El alejamiento poético de Minh-ha nos permite relacionarnos con las imágenes a partir de nuestras propias experiencias, generalizando así sus puntos. Hablando así no solamente de Viet Nam, sino de todas las mujeres. Su alejamiento permite englobar, en ves de enfocar.

Somos una raza a la deriva. De la historia, del progreso, de la destrucción, del miedo. Debemos protegernos en nuestra debilidad. Minh-ha se especializa en crear paisajes imaginarios que reviven Emociones reales. Situaciones, conclusiones. Definiciones, imposiciones. Un análisis crítico pero humilde a la sociedad humana. Que se ha caracterizado por la imposición de una sola forma de ser. De percibir. Una organización social que no es humana. Pero nada podemos hacer pues a partir de la mediatización y de la separación del tiempo, ignoramos la enfermedad del capitalismo. Es difícil decidir la explotación. Es difícil conocer Vietnam a partir de las concepciones chinas que se imponen sobre Vietnam. La convicción no se corrige al reducir al hombre al animal. Debemos hablar, a partir de las profundidades de la inconformidad. No tenemos nada que perder mas que un sueldo pobre. No estamos solos. La juventud, esta cansada. De sostener la vida con palillos chinos. La condición humana debe avanzar.

Trinh invita al espectador a Redescubrir la femineidad. Nos platica cómo es que El mercado, es la ciudad femineidad. El verdadero sabor popular. Manifiesta como es que todos somos hijos de una casa confundida, una obra de arte robada. Un dragón dorado ahogándose. Aún así, la mujer, en vida y en muerte, sostiene en sus hombros la Historia. Son las que viven los verdaderos resultados de la economía, hallándose incluso en la situación de vender su cuerpo. El trauma. La guerra. Sin consentimiento. La vida es guerra. Atadas a un engrane que aplasta. Sin detenerse. Testimonios únicos que hablan sobre todas, sobre todos. Las mujeres somos todos. No hay hombre, sin mujer, no hay mujer sin hombre. Obediencia. Una debe seguir al otro, y este sin ser seguido no es nadie. Dependencia impuesta. Presas dentro de las 4 virtudes y las 3 esclavitudes.

La mujer se ha enclaustrado como un lenguaje. Con sus métodos de lectura, y de factura. Adaptación a las transiciones culturales. Es más de una generación para sanar. Pero la imagen habla, de la imposibilidad de una única verdad. En el presenciar está el recordar. El revivir y reeditar. Preocupación es involucración. El pasado no es el presente ni mucho menos el futuro. Lo que era antes glorioso, es ahora parte de la escoria, las que reían en las alturas ahora se arrastran en lo más bajo. La prisión anula al individuo y sus nociones. Es por esto que la cultura impuesta, la política de control y sumisión terminan por anular lo que buscan preservar.

Al salir de Vietnam y entrar al occidente deben adecuarse una ves más a una situación de inferioridad. Siempre presente, su reflexión cinematográfica contra pone a una mujer vietnamita con el estrellato. Alejamiento del absoluto fundamentalismo. Las imágenes mediáticas inmersas en la maquinaria mantienen viva las guerras. Nada separa la guerra de Vietnam de lo que se presenta en pantalla. Quizás los americanos perdieron la guerra, pero ganan la que filman. Aunque no haya ganadores en la guerra, no hay mas que sobrevivientes. Este es un filme de sobrevivencia, al tiempo, a los errores históricos. Minh-ha tiene una tendencia a rescatar la condición humana, reivindicar a sus agentes esenciales. Aplaudir donde hay silencio, echar luz donde hay sombras. Apoyar aquello que se desvanece.

DMT

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