sábado, 23 de abril de 2011

SIN LUZ. TEORÍA CRÍTICA.


LA ILUSTRACIÓN NO ES REALIDAD.



Es una de sus varias fallas. Pues si las cosas fueran como son en realidad, no haría falta ilustrar, no haría falta redactar. La luz es la realidad, no explicación de esta. Somos todos, y cada uno de nosotros, seres vivos, luz en la oscuridad. Manifestaciones eléctricas, materia transformada. Parte de un todo abismal. De un hoyo negro, que gira tan de prisa que logra explotar e iluminar su propia oscuridad. El conocimiento es cada choque que hay, entre la luz y la oscuridad.

En un principio, los cinco sentidos, parecían ser uno mismo. Abismal, colosal, completamente bestial. Olores, colores, sensaciones; todo generaba un total imaginario. Una sola imagen, absoluta, caótica, irrepetible, siempre cambiante. No hacía falta explicar. No hacía falta investigar, no hacía falta nada. En un caótico espiral, sin principio ni final, la supervivencia de lo real se desarrollaba sin más. Una constante lucha instintiva, entre la luz y la oscuridad. Una realidad aleatoria.

El humano, siempre capaz de observar, poco a poco logró identificar lo real. No solo su sucesión, sino su habilidad de transformarse, de cambiar. Logró comprender y controlar. Logró imitar lo real. Representar. Pues si pudo controlar el fuego, fue porque ya el fuego estaba ahí, antes que él, y a partir de esto, tropezó con su enemigo mortal. Logró dudar. Logró generar una imagen temporal, una ayer, un hoy, y un mañana. Logró diferenciar la luz de la oscuridad. Logró diferenciar el sueño de la realidad. Logró diferenciar la alegría de la miseria abismal. Comprendió la relación de las cosas, y esto le causo un terror fatal. Pues no logró comprender Su relación con lo inmediatamente terrenal. Así fue entonces que le otorgó un valor celestial.

Inició así su búsqueda por la razón de ser, de todo. Una realidad fundamentada. Controlada. El humano es víctima de una enfermedad única, exclusiva a él. Cometió el error de negar la aleatoriedad. Idealizó, y peor aún, poetizó la realidad. Imaginó un sentido mayor a lo aleatorio, creyó ver un camino dentro del caos, un camino superior al día y la noche, se creyó superior a la luz, a la oscuridad, ya que pudo controlar el fuego, iluminar. Ilustrar.


Somos capaces de crear luz, de la oscuridad. Somos accidente. Somos luz, en la oscuridad.
No somos La corrección.



La ilustración es la Enfermedad Humana. No su salvación. Es razón de ser de la institución, no su destrucción. Es la fundamentación de un Si y un No; es el alejamiento total de la multiplicidad de cada instante. Es la limitación del pensamiento. Pero es maravillosa en sí misma, pues aunque es proceso de deshumanización, se glorifica como la posibilidad de una Humanidad en Comunión. Se ha establecido como ruta crítica.

La razón, el sexto sentido, se ha separado de los otro cinco y los controla. La razón se ha separado del humano y ahora lo controla. Lo que en un inicio era conciencia de la experiencia se ha convertido ahora en la producción de experiencias controladas, aceptadas y catalogadas. La ilustración es Dogma. Si es que existe una Historia es por la necesidad que tiene la razón de fundamentarse como parte de lo real. Nos hemos marcado una meta, como raza social, de lograr una razón total, dentro de la cuál somos parte de todo, y aún así somos capaces de crearlo todo. De controlarlo todo, y aunque esto parezca como algo heroico y elemental para nuestra evolución, debemos comprender que es únicamente un paso dentro de esta. La razón ha limitado nuestra visión. Ya que no debemos comprender y controlar la realidad. Debemos comprender el control de lo Real sobre todo lo demás, incluso nosotros mismos. No podemos negar que cada día, somos distintos, cada instante, todo es distinto. Lo que era ayer, ya no es hoy, y sin duda jamás volverá a ser mañana, no existe una ruta crítica, única. Existimos todos, y existe el todo, existe una relación única de cada momento con el siguiente.

No podemos depender de la razón fundamental, ya que esta, se anula, al instante siguiente, cuando lo real vuelve a suceder. La razón es lo único que nos separa de una verdadera existencia humana. El humano debe comprender, y saberse parte de su entorno inmediato. No somos estudiantes sino vivientes. No somos academia, ni somos conocimiento, somos materia prima de experiencia y vida. Somos luz, y somos oscuridad.

La razón es nuestra máscara. Es la sonrisa que esconde el llanto de un bebé de dos mil años que suplica un abrazo reconfortante. Es la fortaleza sobre la debilidad. Es nuestra negación al temor, a la duda. Hoy, como momento histórico, se manifiesta como ejemplo de Razón. Somos tristeza, somos brutalidad, somos la Nueva Barbarie. Sin razón alguna actuamos y somos peor que animales rastreros, destruimos y gozamos, mentimos y gozamos, ególatras gozamos. Ajenos a lo demás gozamos de una tranquilidad racional. De una aparente paz mental. De una felicidad impuesta. Por razonamientos ajenos. Por pensamientos ajenos. Ignorantes a nuestros miedos, nos abrazamos a una felicidad que no existe.

La razón es mentira pues se impone. La única razón, es el razonamiento propio. No hace falta que se nos enseñe, si somos capaces de aprender solos. Deberíamos gozar de la vida, en ves de gozar de lo que otros han vivido. Ya muchas veces se ha dicho, que la razón no hace más que alejarnos de la vida. Ya muchas veces se ha dicho, que el único camino hacia la vida es la razón. La confianza ciega en algo más. Algo que se fundamenta como real, aunque no sea más que vómito de una Humanidad Enferma. Enferma de miedo, de duda, de un absurdo temor. La razón es nuestra forma de mentirnos, y hacernos sentir tranquilos, dentro de un plano mucho más complejo que nosotros. Jerarquizamos un balance que aún no comprendemos. Ese es el error ilustrado. Por alguna razón que desconocemos, el Humano negó la armonía. El único orden impuesto.

¿Ahora bien, como es que la Razón perdura?¿Cómo se fundamenta? Recordemos que controla los sentidos. Los sentidos controlan al humano. La razón manipula los sentidos, lo sensorial. Nos da sabores, olores, y sobre todo imágenes en las cuáles apoyarnos. No somos salvajes, pues la razón humana se manifiesta por doquier. Se manifiesta fuera de nosotros. Aún no logramos la ilustración real. Hemos ilustrado y controlado nuestro Entorno. Pero es no era lo que debíamos hacer, después de dos mil años de actuar y luchar, hemos hecho todo mal. El entorno era nuestro único maestro y lo reducimos al nivel de lo nefasto, innecesario. Escuchamos las voces de la oscuridad, en ves de buscar la luz propia. El Ego se manifiesta antes que los sentimientos. El Ego nos dice que somos grandes, y que lo demás es pequeño. Los sentimientos nos dice que somos eternos, y que lo demás también. Pero cada año es más la razón y menos los sentimientos, por eso cada vez la guerra estalla con mayor fuerza, por eso cada vez la indiferencia es superior, por eso cada vez somos menos. Cuando creemos ser más. Iluminamos la oscuridad exterior, conocemos los confines de la tierra, cielo y mar. Pero olvidamos la expedición interior. La búsqueda de la oscuridad verdadera, y de la luz propia. La única oscuridad, es la nuestra, la única luz es la de lo absoluto, y eterno. Nuestro miedo, nos hico creer que no éramos parte del Todo, nos tornó al Ego, aquel demonio oscuro que nos separa de todo y permaneciendo eternamente débiles, eternamente infantes, ególatramente imaginamos un crecimiento que existe únicamente en nuestra mente, y mientras sigamos manifestando lo que la mente desea, no lograremos escapar de nuestra oscuridad. Pues de haber confiado en nuestra percepción y no haberla controlado, probablemente hoy estaríamos en un lugar distinto.

la cuestión surge pues, de cómo lograr escapar de la mente, si esta ya está en todos lados. A donde vayamos encontramos razón, encontramos manifestación. La poesía racional, es una poesía global. Día tras día, todos aportamos una estrofa a la incongruencia Total, de la poesía mental. Pero así como nos enseñaron a escribir, también nos enseñaron a leer, y peor aún, la razón nos ha enseñado a razonar. El siglo veintiuno significa, representa y es, un alto en el avance emocional. El humano, antes que razón es emoción, y sin emoción no hay razón. Quizás es por esto que ya nadie confía, ya nada es real, ya todo es mentira, pero aún así, nada es importante, nadie es capaz de pensar un cambio. Nada es manifestación, todo es imitación. Hace falta la rebeldía espiritual. Un pensamiento que no busque la razón final, sino el error inicial, del cuál surge toda la maldad. Toda manifestación errónea de Humanidad, toda imposición, toda limitación, todo temor a la aleatoriedad.

El conocimiento inicial fue un choque de luz y oscuridad, no la imposición de una sobre otra. Choquemos una ves mas, nuestra oscuridad con los rayos de luz. Ya que cuando se niega una de las partes, la otra se fundamenta como tiranía, y sin choque no hay experiencia real. La razón se impuso como único tirano, soberano y legítimo. Se impuso por sobre la experiencia única y completamente propia. Impuso una forma racional de hacerlo todo, de serlo todo, la respuesta no es ser nada, no es hacer nada. Es hacer más, es ser más. Es ser fuera de lo impuesto, pues si se ha logrado controlar las mentes, no se ha logrado controlar los impulsos aun. Las emociones siguen siendo nuestra oscuridad, y a partir de ella debemos iluminar, la falsa luz que nos rodea, iluminar más allá de las apariencias y resaltar la verdadera oscuridad. Recordar la verdadera razón de ser y de hacer. Regresar a una ilustración sin nombre, sin sentido, sin camino. Una ilustración del momento, de la experiencia inmediata, del caos continuo y armonioso. Debemos comprender la poesía de lo real, lo que se nos presenta como realidad. Comprender el origen de las cosas, trazar nuestra propia historia, a partir de nuestros instintos, nuestros sentimientos. Somos bestias, no seres humanos, ya que lo que se nos muestra como Humanidad, es un disfraz, una fachada, una mentira.

Si la Ilustración no es realidad, es por que busca representar. La luz se presenta por sí misma, no hace falta un razonamiento de ella, hace falta una comprensión. Una verdadera valoración a lo efímero, a todo aquello que hay entre el uno y el dos, entre el sí y el no. No neguemos la ilustración, aceptémosla, como Historia, del Error, de la Enfermedad Humana. Diagnostiquemos y sanemos, el espíritu y el entorno. Valgámonos de los medios que la razón nos ha dado, comuniquemos. Desintegremos la alienación Humana. Organicémonos contra el orden. La ilustración hoy en día, como comprensión de concepto debe trabajar justamente contra la erradicación de lo razonado, regresar a lo racional, erradicarlo, y regresar a lo vivencial. Alejarnos de una vida ilustrada, y regresar a una vida ilustrativa.

La ilustración se enfocó en erradicar los temores, en desaparecerlos. Se impuso como luz absoluta. Hoy debemos comprender la barbarie que esto implica. Significa guerra, significa hambre, significa felicidad, significa tristeza. Es más caótico que el punto inicial, pero se presenta como el mejor lugar en el que hemos estado. Es gris, pero es toda la gama de color. Debemos ilustrar los temores, aceptarlos, comprenderlos, establecernos dentro de nuestra realidad inmediata. No como autores de nuestra realidad, la realidad es autora nuestra. Olvidemos el ego, olvidemos el fundamentalismo, la academia, las estructuras lineales. Olvidemos el pasado y el futuro y aceptemos el presente como único momento Histórico. Transformemos el presente a partir de él mismo. Transformémonos a nosotros mismos a partir de nosotros mismos. Olvidemos las razones impuestas, busquemos las razones implícitas.

miércoles, 20 de abril de 2011

JR1/JAGUAR.

1967. JAGUAR. JEAN ROUCH.












DE NIGER A GHANA.


Dios nos hizo hombres, y dijo que tendríamos que trabajar para comer.



La posibilidad de retomar el pasado, es algo asombroso, que permite modificar el recuerdo. Exaltarlo, suavizarlo. Jaguar busca la manifestación del presente sobre el pasado, a partir de la Narrativa creada por Rouch y sus colegas, con quienes realizó un viaje tiempo atrás. El cuál primero documentó, y después decidió contar. De Niger a Ghana, en aquel entonces la Costa Dorada (GOLDEN COAST). Una búsqueda por aventura, prestigio y fortuna. Un resultado concreto que nace completamente de la búsqueda constante de movimiento humano. La inocencia humana, le permite, una y otra vez, divertirse. Hallar satisfacción, incluso donde ciertas gamas de la moral hayan desgracia. Hallar risas donde se prohíben.

La diversión es aventura. La diversión es aprovechada, la aventura es aprovechada. El individuo es demasiado poco para comprender las superestructuras sociales, económicas y culturales. De asombro en asombro, transita a través del globo, dentro de sí mismo, siempre en búsqueda de emociones nuevas.

Cada vez, ha asignado poderes sobrenaturales a todo tipo de entidades, para prepararse para enfrentar su destino. El Dios Bueno, establece lo que ha de suceder, y así, como una ruleta los personajes se adentran en la aventura que se supone “les espera”. Pero el tiempo no espera a nadie, ni la vida. La habilidad de montarla, como lo hacen ellos, a travesando el desierto, trabajando por dos chelines el día, es el único Dios que se manifiesta frente al lente de Rouch. Su habilidad recae en esos detalles. Sutilezas que intuye uno al terminar la película. Un sabor de boca de libre existencia. Las posibilidades expandidas.

DMT.